lunes, 14 de diciembre de 2015

¿Qué sabes de la Flor de Noche Buena?

La Flor de Noche Buena 


Esta leyenda tiene muchas variantes, pero todas ellas son bonitas. 


Aquí te presentamos las variantes más destacadas que existen:

Variante 1

Dicha leyenda cuenta la tierna historia de una niña de escasos diez años cuya madre tenía el encargo de tejer una cobija nueva para el pesebre del Niño Jesús de su iglesia, ya que la que tenía estaba muy vieja y raída. Ella aceptó encantada la distinción que le confería el párroco, empezó a elaborarla con gran entusiasmo, pero al caer gravemente enferma no pudo terminarla y la dejó a medias en el telar. La niña preocupada intentó acabarla, pero sólo consiguió enredar todos los hilos y las madejas. Al día siguiente, al atardecer, empezó la procesión al templo de todos los lugareños y la pequeña escondida detrás de un gran matorral, llorando, los veía pasar con enorme tristeza pues su madre seguía enferma y no había cobijita nueva para el Niño. De pronto se le acercó una anciana bondadosa y le preguntó qué le pasaba. Lucina, que así se llamaba la niña, le contó toda su pena y la buena mujer la consoló diciéndole que ya no se preocupara pues su mamá ya había sanado y que se apurara a cortar unas ramas de esa planta que la escondía y se las llevara como obsequio al Santo Niño.

La niñita, no daba crédito a lo que oía, pero obedeció dócilmente a la señora y con un manojo de aquellas ramas llegó corriendo al templo. Colocó con gran cuidado las varas alrededor del pesebre , mientras la gente en silencio la observaba. De pronto todo se iluminó y de cada rama había surgido una enorme estrella roja que entibió rápidamente el ambiente. La niña sonrió pues seguramente el divino Niño ya no pasaría más frío. Llena de contento salió corriendo y vió que todos los matorrales de la calle y las montañas, lucían estrellas radiantes iguales a las que había en el pesebre y que su humilde presente se había convertido en el más resplandeciente de todos los regalos.

Variante 2

Leyenda Azteca
Cuando los aztecas dominaban la mayor parte del país, el grupo de los chontales, que para los aztecas quería decir despectivamente “idioma que hablan en la garganta, que no se escribe porque no se pronuncia”, no estaba dispuesto a pagar tributo al gran monarca y decidió sublevarse en la región de Tlascho (hoy Taxco, México).

Moctezuma Ihuilcamina (1440-1469), mandó el más poderoso de sus ejércitos para terminar con la rebelión. De las huellas de sangre que dejaron los chontales en lo que hoy es Taxco, nacieron unas flores hermosas de color rojo sangre que representaban el espíritu de los derrotados.

Tiempo después el emperador azteca, que daba un paseo por el pueblo de Tlasho, encontró entre los cerros de Cuetlaxochitlán una bella flor que decidió llevarse a sus jardines botánicos ubicados en Huaxtepec y Chapultepec para cultivarla.

La palabra cuetlaxóchitl proviene del náhuatl cuetlahui , que significa marchitarse y "xóhitl", flor. "Flor que se marchita” o "flor de pétalos resistentes como el cuero”. Representaba la pureza para el pueblo azteca y estaba relacionada con la nueva vida de los guerreros muertos en la batalla, que regresarían a la tierra en forma de colibríes a libar la miel de la planta.

Variante 3

Cuanta la leyenda la historia de una niña mexicana muy pobre. Lloraba en Nochebuena camino a la iglesia, porque no tenía regalo alguno para dejar al Niño Jesús en el altar de la iglesia de su pueblo, mientras rezaba con mucha devoción, pidiendo se le concediera obtener un regalo valioso.

Sus sinceras oraciones fueron escuchadas y un ángel se le apareció repentinamente. Le dijo que cortara algunas ramas de las plantas que crecían cerca del camino para llevarlas a la iglesia. Cuando la niña llegó al altar con su manojo de tallos, como humilde ofrenda, ocurrió un milagro. Al contacto con las lágrimas, que aún caían de sus ojos, de las ramas brotaron bellas flores rojas.

Así aparecieron las primeras Nochebuenas, debido al fervor de una niña afligida, quien ya tuvo en sus manos un regalo digno para darles al Niño Jesús y a su madre, la Virgen María.
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